El Tango, elegido por menores de 40. El baile para todo público, jóvenes y mayores de todas las edades.

Si bien se lo ha asociado -y se lo asocia- a las personas mayores, las milongas se están poblando cada vez más de treintañeros. Rescatan la seducción.

Relacionar el tango con los mayores es una falacia. Hay que echar por tierra un mito que hace tiempo viene en caída libre a juzgar por lo que acontece en el día a día: el tango no es cosa de gente mayor únicamente.

De hecho, cada vez más gente de menos de 40 años se acercan, ya sea empujados por la pasión o la curiosidad, al mundo del tango y los participantes de las milongas son cada vez más jóvenes.
Gran porcentaje de los alumnos tienen menos de 40 años. Y cada vez más gente de entre 20 y 30 años se acerca”.
“El tango no empieza y termina con la danza, es toda una comunidad. Hay gente de todas las edades, de distintas profesiones y culturas
“Es todo un tema coordinar con los horarios de trabajo. Pero tiene algo muy particular: es muy adictivo y  es muy catártico. Tiene mucho de confianza y empatía, porque la mujer cierra los ojos y el hombre la guía. El tango se siente y la música te va llevando. Además todo el mundo el tango es un atractivo turístico para quienes vienen de afuera y un reflejo del país”.
El respeto y el abrazo
Coinciden los entendidos en el tema que, junto a los ‘90 y al siglo XX, se fue también aquella idea de que tango y vejez son sinónimos. “Esta percepción cambió cuando los jóvenes empezaron a descubrir que el tango es algo totalmente improvisado, en lo que prima el respeto. En las discotecas, por ejemplo, suele ser todo más brusco y se pierde ese respeto. Pero en las milongas tangueras la cosa cambia. El hombre se acerca y la mujer decide si lo acompaña o no. En el tango se destaca la sociabilización y conviven personas de todas las edades, todos bailan con todos. Los jóvenes empezaron a encontrar un lugar de respeto y de ‘no avasallamiento’. Y esa satisfacción que queda muy en evidencia en el momento del abrazo en la pareja”.
Incluso,  ese tan renombrado respeto empieza en uno mismo, ya que se pone más énfasis en el cuidado personal teniendo en cuenta que es clave para poder acceder a bailar con el otro. “El tango es un excelente ejercicio físico y una forma de seducción”, resaltó.
Todo lo que rodea al tango no sólo se limita al baile o a la música. “Trabajamos desde la óptica del tango como fenómeno social. Y lo interesante es que encontrás gente joven, adulta y mayor. Pero la mayoría del público tiene diversas edades y son personas que llegan de distintas formas y de distintas culturas y profesiones. Pero todos llegan con la necesidad del ‘abrazo’, de compartir ese momento de disfrute”, indicó Marita, quien organiza una milonga semanal todos los jueves.
Los tiempos cambian
Hay además otra verdad que se reafirma: la forma de bailar tango también ha cambiado.
“Ha cambiado muchísimo si se compara como bailaban tango nuestros padres y abuelos con el tango que se baila ahora. Hay distintos estilos y todos tiene mucho de improvisación, pero la esencia es llevar el abrazo y siempre brindando contención respetuosa y creando un ambiente agradable”, indicó Gómez.
 Creo que lo más lindo es que conviven personas de muchas edades y de distintas clases sociales, el tango es muy integrador. Y ni hablar del hecho de que nunca bailas dos veces igual el mismo tango, porque tiene mucha improvisación”.
Fuente: Extractado de "El Tango, elegido por menores de 40" Los Andes.com.ar